Si usted va al médico y éste lo atiende sin la chaqueta blanca, algo raro pasa. Si acude al mecánico para arreglar el auto y el técnico lo recibe en saco y corbata, a usted también le llamará la atención. Lo mismo si va al colegio a buscar a su hijo y la maestra no lleva puesto el guardapolvo.
Igual que sucede con el médico, el mecánico o la maestra en el consultorio, el taller y la escuela, un buen manager debe ser también “manager de las comunicaciones”, debe ponerse el traje adecuado de acuerdo a la institución y a los públicos objetivo con los cuales interactúa de manera periódica.
En el ámbito interno, esto significa que en cada nivel organizacional -estemos hablando de los operarios, los supervisores o los directivos- el líder debe entrar en contacto “adaptado”, “vestido” con el lenguaje particular y el mensaje preciso que le incumbe a cada miembro.
Respecto al público externo sucede lo mismo. Tanto los medios de comunicación como los demás destinatarios de los mensajes de la empresa/institución (otros organismos, el Estado, las ONGs, etc.) deben ver y escuchar al comunicador que quieren ver y escuchar: aquél que sabe lo que ellos buscan de la empresa y que se presenta de manera profesional como portavoz y formador de opiniones e impresiones sobre la compañía.
Pero retomando en especial el área de comunicación interna, estos son algunos puntos que debe tener en cuenta un buen gerente o ejecutivo para “vestirse bien” ante sus “colaboradores”:
* Usar los colores adecuados para cada situación: esto quiere decir saber encontrar el momento justo, las palabras justas y las personas justas a las que les vamos a comunicar nuestros objetivos.
* Ni mucha ni poca ropa. El mensaje debe ser breve, pero no por eso vago e indefinido. “La sencillez es la máxima sofisticación” rezaba el dicho. Medir la cantidad de palabras, no querer contar todo de una vez, generar suspenso y sorprender son algunas claves para una comunicación eficaz.
* Ponerse en los zapatos del otro. En el ámbito empresarial, esta es una de las metáforas más renombradas y hay razones muy válidas para ello: esconde la sabiduría de situarse en la posición de nuestros interlocutores e intentar comprender su manera de pensar y actuar de acuerdo a sus parámetros. En muchas ocasiones es bastante difícil lograr esta “empatía”, pero al menos nos dará otro “tacto” a la hora de expresarnos y de ser entendidos.
* Por último, agregar a nuestro look el inigualable toque personal que demuestre la parte más noble de lo que somos. Todos tenemos un costado emocional, sentimientos hacia los demás y hacia nosotros mismos. Si comunicamos apelando a todo ello estaremos dando pasos muy importantes en la pasarela del mercado actual.
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