Harry Potter lo aprendió muy bien en el Colegio Hogwarts: el uso de determinadas palabras puede traer, ante ciertas situaciones dificultosas, efectos “mágicos” muy beneficiosos para resolver los problemas.
El personaje de J. Rowling decía “¡lumos!” y aparecía una luz en la varita que le permitía ver mejor el camino; con el maleficio “¡Imperius!” hacía que aquel que lo recibía hiciera lo que él decía; con el “¡Impedimenta!” detenía a sus adversarios o los hacía más lentos en su accionar.
Si este mago existiera de verdad, sería el empleado más codiciado por todas las compañías, ya que ¿a quién lo le gustaría, con sólo pronunciar una palabra, lograr todo lo anterior?
Usted puede buscar, en el marco de su estrategia de comunicación, aquellos desencadenantes de la motivación y la acción que puedan ser usados con clientes internos y externos respectivamente.
La forma en la que se dicen las cosas es clave para obtener tal o cual resultado; usted, como representante de su empresa/ institución -y por lo tanto, portador de una imagen de la misma- no puede decir cualquier cosa a cualquier persona.
Se suele decir que una noticia, por más que resulte desfavorable en algún aspecto para quien la recibe, puede convertirse en sumamente beneficiosa si está dicha en los términos adecuados.
Podría afirmarse también que no existen noticias buenas o malas, sino una valoración y clasificación de las mismas.
Haga un sondeo en su compañía para saber con qué disparadores aumentaron sus ventas, qué términos causaron la sonrisa de sus “colaboradores” o los hicieron tomar de manera tranquila medidas como ajustes, despidos, etc.; y qué palabras claves utilizan sus RRPP para establecer contacto con los públicos objetivo.
Conviértase en un Harry Potter empresarial. Sólo hace falta valentía, coraje y prueba. Hablar de manera estratégica le traerá muchos beneficios.
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