La comunicación política es una tarea estratégica. Para hacer que una persona sea conocida ante quienes nunca la vieron o la oyeron, se necesita un trabajo perseverante. Lo mismo para afianzar la imagen de alguien que ya está instalado pero que necesita expandir su nivel de conocimiento o mejorar su posicionamiento.
Cada candidato y cada elección es un caso aparte. Todo lo que pueda decirse es relativo a la persona, el contexto histórico-social-político-económico y a la competencia. Teniendo en cuenta esto, podemos plantear cuestiones básicas en el momento de armar una estrategia de comunicación eficaz:
- Analice el pasado, presente y futuro del postulante, sus allegados y demás candidatos de la lista. También lo referente a la competencia y al electorado. Estudie cómo se posiciona cada uno y cuál es la meta en ese sentido.
- Planifique una estrategia de comunicación y haga una puesta en común a todo el equipo de campaña, para que nadie dé un paso en falso.
- Procure que esta estrategia comunicacional sea funcional a la estrategia política, en lugar de que vayan por caminos separados.
- Hable de manera simple y personalizada a cada segmento del electorado. Determine quiénes pueden ayudar a una victoria y quiénes no, para no malgastar los esfuerzos. De todos modos, no subestime ni olvide a nadie.
- Detecte personas claves en la comunidad que puedan convertirse en voceros “reconocidos” y “no reconocidos” del candidato (periodistas, artistas, deportistas, funcionarios, docentes, vecinos).
- Mantenga relaciones sinceras y duraderas con esos personajes.
- Tenga en cuenta que la persona menos pensada o el hecho más insignificante pueden llevarlo a la cima o hundirlo en lo más profundo.
- Elabore e implemente una estrategia de comunicación interna.
- No mida su grado de conocimiento sólo en base a lo que le dice su círculo íntimo, las estimaciones que ellos hacen de su popularidad parten del "microclima" en el que están envueltos. El resto de la población, que no se desvive por lo que Usted o sus competidores digan o hagan, puede ignorar sus esfuerzos por hacer propuestas o declaraciones resonantes. Recuerde que el hecho de ser identificado no implica ser aprobado por los públicos.
- Usted construye constantemente su imagen; procure que no exista el “detrás de escena”, porque ahí pueden estar escuchándolo o viéndolo personas claves. No es suficiente contar con un logo que se muestra en una cartelera, o aparecer en un programa de TV. La imagen que la gente tiene de Usted depende de cada vez que lo ve, lo escucha, lee su apellido o lo trata en forma personal. Y la opinión que tengan es tan parcial y tan débil, que nunca debe confiarse de que sea positiva.
- Recuerde que los de los valores que más estima la gente son la confianza, la credibilidad y la seguridad, y que todos proyectamos en los demás los propios deseos. Intente ser coherente y ponerse en el lugar de cada público. Afine su discurso, sea simple al hablar. Haga que las cosas sean más sencillas; no agregue problemas en la vida de la gente (que ya tiene bastantes), agregue soluciones.
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