4.7.05

Comunicación política: claves para instalar un candidato

La comunicación política es una tarea estratégica. Para hacer que una persona sea conocida ante quienes nunca la vieron o la oyeron, se necesita un trabajo perseverante. Lo mismo para afianzar la imagen de alguien que ya está instalado pero que necesita expandir su nivel de conocimiento o mejorar su posicionamiento.

Cada candidato y cada elección es un caso aparte. Todo lo que pueda decirse es relativo a la persona, el contexto histórico-social-político-económico y a la competencia. Teniendo en cuenta esto, podemos plantear cuestiones básicas en el momento de armar una estrategia de comunicación eficaz:

- Analice el pasado, presente y futuro del postulante, sus allegados y demás candidatos de la lista. También lo referente a la competencia y al electorado. Estudie cómo se posiciona cada uno y cuál es la meta en ese sentido.

- Planifique una estrategia de comunicación y haga una puesta en común a todo el equipo de campaña, para que nadie dé un paso en falso.

- Procure que esta estrategia comunicacional sea funcional a la estrategia política, en lugar de que vayan por caminos separados.

- Hable de manera simple y personalizada a cada segmento del electorado. Determine quiénes pueden ayudar a una victoria y quiénes no, para no malgastar los esfuerzos. De todos modos, no subestime ni olvide a nadie.

- Detecte personas claves en la comunidad que puedan convertirse en voceros “reconocidos” y “no reconocidos” del candidato (periodistas, artistas, deportistas, funcionarios, docentes, vecinos).

- Mantenga relaciones sinceras y duraderas con esos personajes.

- Tenga en cuenta que la persona menos pensada o el hecho más insignificante pueden llevarlo a la cima o hundirlo en lo más profundo.

- Elabore e implemente una estrategia de comunicación interna.

- No mida su grado de conocimiento sólo en base a lo que le dice su círculo íntimo, las estimaciones que ellos hacen de su popularidad parten del "microclima" en el que están envueltos. El resto de la población, que no se desvive por lo que Usted o sus competidores digan o hagan, puede ignorar sus esfuerzos por hacer propuestas o declaraciones resonantes. Recuerde que el hecho de ser identificado no implica ser aprobado por los públicos.

- Usted construye constantemente su imagen; procure que no exista el “detrás de escena”, porque ahí pueden estar escuchándolo o viéndolo personas claves. No es suficiente contar con un logo que se muestra en una cartelera, o aparecer en un programa de TV. La imagen que la gente tiene de Usted depende de cada vez que lo ve, lo escucha, lee su apellido o lo trata en forma personal. Y la opinión que tengan es tan parcial y tan débil, que nunca debe confiarse de que sea positiva.

- Recuerde que los de los valores que más estima la gente son la confianza, la credibilidad y la seguridad, y que todos proyectamos en los demás los propios deseos. Intente ser coherente y ponerse en el lugar de cada público. Afine su discurso, sea simple al hablar. Haga que las cosas sean más sencillas; no agregue problemas en la vida de la gente (que ya tiene bastantes), agregue soluciones.

14.6.05

La creatividad en la empresa hace crecer las ganancias

Hoy en día, para competir en el mercado no basta con una buena campaña de marketing y relaciones públicas: hace falta algo superador, una herramienta que tienen en cuenta las empresas exitosas y que es el Plan de Creatividad Corporativa.

La creatividad es una habilidad de la cual muchas organizaciones se están valiendo para lograr sus objetivos de negocio, ya que una buena implementación trae resultados a todas las áreas: diseño, producción, comunicación, recursos humanos, finanzas, etc.

Simplificar procedimientos y aumentar el valor agregado de productos y servicios son sólo algunos objetivos de un Plan de Creatividad Corporativa.

Se dice que el mayor obstáculo para innovar en el ámbito empresarial es ser autocomplacientes y conformistas, es decir, ensalzar lo que tenemos y la manera histórica de hacer las cosas, sin atinar a revisar los procesos, creencias y actitudes que vienen de antaño.

Y muchas veces, cuando surge alguna idea, se suele buscar el visto bueno de los demás antes de implementarla –por ej. lanzar un nuevo producto o servicio- y hasta que no se tiene la completa aprobación del entorno, no se implementa. Esto frena la creatividad y le hace perder fuerza.

Los resultados de la aplicación de un plan de creatividad en la empresa son enormes. A más creatividad, más rentabilidad. Lo que siempre funcionó mal puede funcionar bien, y lo que siempre funcionó bien puede funcionar mejor. Es más, la mejora es una condición necesaria para adaptarse a un contexto que va cambiando todos los días.

Una idea relacionada con una variación en la manera de ejecutar cierto proceso puede hacer que la compañía ahorre en producción; o que surjan servicios superadores de los existentes que se adecuen a las cambiantes necesidades de los clientes.

¿Cuáles son, pues, los pasos para incluir la creatividad en una organización? Primero, el compromiso de las autoridades; segundo, la elaboración de un plan de entrenamiento para el personal; tercero, la ejecución de esas estrategias –que se traducirán en acciones de capacitación, sesiones creativas, etc-; cuarto, la implementación de las ideas más viables y quinto, la evaluación de los resultados.

7.6.05

Buscando las “palabras mágicas” para su empresa

Harry Potter lo aprendió muy bien en el Colegio Hogwarts: el uso de determinadas palabras puede traer, ante ciertas situaciones dificultosas, efectos “mágicos” muy beneficiosos para resolver los problemas.

El personaje de J. Rowling decía “¡lumos!” y aparecía una luz en la varita que le permitía ver mejor el camino; con el maleficio “¡Imperius!” hacía que aquel que lo recibía hiciera lo que él decía; con el “¡Impedimenta!” detenía a sus adversarios o los hacía más lentos en su accionar.

Si este mago existiera de verdad, sería el empleado más codiciado por todas las compañías, ya que ¿a quién lo le gustaría, con sólo pronunciar una palabra, lograr todo lo anterior?

Usted puede buscar, en el marco de su estrategia de comunicación, aquellos desencadenantes de la motivación y la acción que puedan ser usados con clientes internos y externos respectivamente.

La forma en la que se dicen las cosas es clave para obtener tal o cual resultado; usted, como representante de su empresa/ institución -y por lo tanto, portador de una imagen de la misma- no puede decir cualquier cosa a cualquier persona.

Se suele decir que una noticia, por más que resulte desfavorable en algún aspecto para quien la recibe, puede convertirse en sumamente beneficiosa si está dicha en los términos adecuados.

Podría afirmarse también que no existen noticias buenas o malas, sino una valoración y clasificación de las mismas.

Haga un sondeo en su compañía para saber con qué disparadores aumentaron sus ventas, qué términos causaron la sonrisa de sus “colaboradores” o los hicieron tomar de manera tranquila medidas como ajustes, despidos, etc.; y qué palabras claves utilizan sus RRPP para establecer contacto con los públicos objetivo.

Conviértase en un Harry Potter empresarial. Sólo hace falta valentía, coraje y prueba. Hablar de manera estratégica le traerá muchos beneficios.

17.5.05

El “traje” del manager: consejos para comunicar mejor a los empleados

Si usted va al médico y éste lo atiende sin la chaqueta blanca, algo raro pasa. Si acude al mecánico para arreglar el auto y el técnico lo recibe en saco y corbata, a usted también le llamará la atención. Lo mismo si va al colegio a buscar a su hijo y la maestra no lleva puesto el guardapolvo.

Igual que sucede con el médico, el mecánico o la maestra en el consultorio, el taller y la escuela, un buen manager debe ser también “manager de las comunicaciones”, debe ponerse el traje adecuado de acuerdo a la institución y a los públicos objetivo con los cuales interactúa de manera periódica.

En el ámbito interno, esto significa que en cada nivel organizacional -estemos hablando de los operarios, los supervisores o los directivos- el líder debe entrar en contacto “adaptado”, “vestido” con el lenguaje particular y el mensaje preciso que le incumbe a cada miembro.

Respecto al público externo sucede lo mismo. Tanto los medios de comunicación como los demás destinatarios de los mensajes de la empresa/institución (otros organismos, el Estado, las ONGs, etc.) deben ver y escuchar al comunicador que quieren ver y escuchar: aquél que sabe lo que ellos buscan de la empresa y que se presenta de manera profesional como portavoz y formador de opiniones e impresiones sobre la compañía.

Pero retomando en especial el área de comunicación interna, estos son algunos puntos que debe tener en cuenta un buen gerente o ejecutivo para “vestirse bien” ante sus “colaboradores”:

* Usar los colores adecuados para cada situación: esto quiere decir saber encontrar el momento justo, las palabras justas y las personas justas a las que les vamos a comunicar nuestros objetivos.

* Ni mucha ni poca ropa. El mensaje debe ser breve, pero no por eso vago e indefinido. “La sencillez es la máxima sofisticación” rezaba el dicho. Medir la cantidad de palabras, no querer contar todo de una vez, generar suspenso y sorprender son algunas claves para una comunicación eficaz.

* Ponerse en los zapatos del otro. En el ámbito empresarial, esta es una de las metáforas más renombradas y hay razones muy válidas para ello: esconde la sabiduría de situarse en la posición de nuestros interlocutores e intentar comprender su manera de pensar y actuar de acuerdo a sus parámetros. En muchas ocasiones es bastante difícil lograr esta “empatía”, pero al menos nos dará otro “tacto” a la hora de expresarnos y de ser entendidos.

* Por último, agregar a nuestro look el inigualable toque personal que demuestre la parte más noble de lo que somos. Todos tenemos un costado emocional, sentimientos hacia los demás y hacia nosotros mismos. Si comunicamos apelando a todo ello estaremos dando pasos muy importantes en la pasarela del mercado actual.

29.4.05

Una comunicación para cada público

Al elaborar una estrategia de marketing y comunicación hay que tener en cuenta que no hay un sólo público, una sola audiencia, sino muchos públicos y muchas audiencias. El secreto está en reconocerlos y dirigirse a cada uno en su propio lenguaje, acercándoles el mensaje coherente y específico que genere una sensación positiva respecto a su empresa/institución.

Seguramente, el cliente/usuario/ciudadano más convencido de que usted es una buena opción es aquél que ya lo eligió o dio muestras de apoyo, y el menos convencido es aquél que lo eligió y tuvo una mala experiencia, o el que nunca supo que existía su marca.

Nunca se confíe. En el mundo de la imagen nada está dado de una vez y para siempre, por lo cual el esfuerzo por crear, mantener y fidelizar a nuestro target o público objetivo debe ser una meta central y sostenida en el tiempo.

Alguna vez habrá escuchado hablar sobre la Regla del 80/20, según la cual el 80% de los resultados proviene, en gran magnitud, del 20% de los clientes más relevantes. La clave está en obtener información precisa y constante del segmento de personas que más pueden responder a nuestros objetivos y que son capaces de proporcionarnos tiempo y dinero.

Estas son, pues, algunas claves para que usted tenga en cuenta a la hora de tratar con los públicos VIP de su compañía:

- Registrar a los clientes internos y externos. Esto depende de cada rubro. Si se trata de una institución que se vincula con miles de personas, conviene realizar una buena segmentación y dirigirse con mayor preferencia a aquellos más proclives a nuestras comunicaciones.

- Saber quiénes son los clientes internos y externos. Esto quiere decir categorizarlos, diferenciar a los más importantes de los menos importantes para dirigir acciones específicas a cada subgrupo.

- Reconocer e incentivar a los más valiosos, para profundizar el vínculo y contar con un valor agregado frente a la competencia. No confundir con premiar a los clientes, ya que el premio puede tornarse contraproducente porque roza con el soborno (“te doy si me das”).

- Generar un diálogo constante con cada público: preguntarles qué opinan de la empresa, cómo le gustaría ser tratados, qué productos/servicios les resultan más útiles y estimular todo tipo de sugerencias.

- Cuidar cada eslabón de la cadena de atención/comercialización: la experiencia del cliente en cada punto de contacto con la empresa/institución y con sus productos/servicios debe ser óptima.

- Cumplir con lo que se promete. Hay que sostener en la práctica lo que se dice en los mensajes.

- Y lo más importante: establecer un vínculo emocional con cada público objetivo. La emoción es el mejor aliado para conquistar la aprobación de nuestros actuales y potenciales “aliados”.

23.3.05

El Posicionamiento de una Ciudad Ganadora

La Marca Ciudad es la mejor estrategia para llegar a los lugares más difíciles. Significa poseer de manera exclusiva un slogan, un símbolo, un atributo que otras ciudades no tienen, y que es lo que hace al municipio diferente a los demás en términos de imagen.

Usted puede hacer que su Ciudad se proyecte como ganadora. El posicionamiento no es algo que se pueda manipular, y tampoco lo es la imagen. Esto es así porque se trata de fenómenos mentales de las personas. Sin embargo, lo que sí puede hacer es tomar todas las decisiones adecuadas y afilar su estrategia de comunicación para que los públicos a quienes se dirige reciban la mayor cantidad de estímulos positivos.

Las personas se forman una imagen de una institución –o de cualquier cosa- a partir de unos pocos datos. Por eso, usted debe asegurarse de que la información que le llegue a sus destinatarios sea lo más acertada posible en base al posicionamiento que usted pretende lograr.

El objetivo de la Marca Ciudad Ganadora es atraer a los inversores para que reactiven la economía e ingresen dinero; a los turistas para que consuman y requieran mano de obra para ser atendidos; y a los empresarios nacionales e internacionales para que coloquen los productos locales en el mercado.

Posicionarse en la mente de las personas no es fácil, porque son éstas las que deciden dónde ubicarlo a usted y a su municipio en base a motivos personales: sus experiencias directas, lo que leyeron en el diario, lo que vieron en la tele o lo que les contaron sus amigos cercanos. Sin embargo, la clave es ser proactivo, no sólo para imponer la agenda mediática, sino para encabezar y liderar con éxito las rondas de negocios que dejarán los dividendos que le interesan.

15.2.05

Se vienen las campañas políticas: sepa el valor agregado de contar con un plan de comunicación interna

Si usted fue candidato, consultor o miembro activo de un partido político, seguramente vivió situaciones de malentendidos o roces con miembros de su equipo de trabajo. O alguna vez no supo qué decirle a un periodista porque no le informaron lo suficiente sobre el tema del que se hablaba en los medios.

Muchas “desinteligencias internas” que parecen ser causadas por el vértigo de la campaña electoral pueden evitarse o, al menos, disminuir si todos los integrantes del staff de campaña –desde los políticos hasta los técnicos, e incluso quienes reparten folletería- están al tanto de los códigos de comunicación tanto hacia adentro como hacia afuera.

No sólo la prensa y las relaciones públicas son indispensables para comunicar bien nuestro mensaje, sino también es indispensable la implicación o el grado de compromiso de quienes trabajan para un candidato o para posicionar a una gestión.

La comunicación interna apunta a lograr la unificación de criterios a la hora de elaborar un mensaje y reproducir un discurso; se vale de distintos canales para que todos estén al tanto de la información mínima e indispensable que deben conocer, y para que cada uno sepa los roles de trabajo y lo que pasa en cada área.

Todo lo que se comunique hacia fuera debe ser primero comunicado hacia adentro.

Ésta es la idea central que usted debe tener bien presente. Los "colaboradores" de campaña –incluidos los que sirven el café en las reuniones- son transmisores de mensajes y opiniones todo el tiempo, de manera consciente e inconsciente.

Sus impresiones sobre el candidato, el partido, las cuestiones electorales o el mismo grupo de trabajo pueden tener tanta o más trascendencia que un reportaje del postulante en televisión.

Entonces recuerde que la comunicación interna se vale de productos comunicacionales determinados –e-mails, cartas, revistas, resúmenes, reuniones interdisciplinarias, etc- con responsables para su emisión y actualización, lo cual logra hacer más fluida la relación entre quienes trabajan para que usted, su cliente o su candidato lleguen al podio.

6.2.05

Construyendo la marca de las ciudades

Usted piensa en marcas, todos lo hacemos. Vivimos con ellas, las nombramos, las compramos, las sentimos. ¿Quien no recomendó alguna vez a sus amigos que probaran tal o cual producto de determinada firma, que a su entender, era buenísimo?

Las marcas –o nombres- que los encargados de la comunicación ponen a las cosas, son determinantes para que la gente las consuma o se forme determinada opinión sobre ellas.

En el ámbito de los municipios, existe la posibilidad de gestionar esa impronta y lograr que los ciudadanos la acepten, aunque sea un trabajo de largo plazo.

Una marca no reemplaza al nombre de la ciudad sino que la describe, la acerca a la gente, propone un vínculo entre los gobernantes y los vecinos.

Un trabajo de creación e instalación de esa marca necesita ser planificado en el tiempo, ya que deben contemplarse acciones a nivel interno y externo que se sostengan en el tiempo.

Más que “inventar” una marca, los creativos de la comunicación tienen que “deducirla” de un conjunto de características que hacen a la razón de ser de la localidad: el estilo de vida de los habitantes, sus costumbres y tradiciones, sus potencialidades y aspiraciones, entre otras.

El día a día exigirá productos o decisiones comunicacionales específicas, pero si al mismo tiempo se proyecta con eficacia la estrategia de marca de la ciudad, se modificará la relación con los públicos objetivo, seguramente, en un sentido más que positivo.

Cree y refuerce su propia marca, y estará garantizando un sello de confianza y credibilidad ante quienes más le interesan.

6.1.05

Las ventajas de la Comunicación Corporativa

Algunos hablan de marketing, otros de publicidad. Unos valoran las relaciones públicas, otros el diseño y la gestión de la imagen. Hay quienes destacan la importancia del manejo con los medios, la comunicación interna o el lobby.

El ámbito de la comunicación en las empresas e instituciones es muy amplio. Hoy en día, podemos decir que todas estas áreas no pueden estar aisladas, tienen que estar relacionadas entre sí en función de su “alma mather”: la Comunicación Corporativa.

¿Qué es la Comunicación Corporativa? Es la relación -planificada o no- que mantiene una organización con los distintos públicos con los cuales interacciona de manera directa e indirecta.

Engloba un conjunto de áreas heterogéneas destinadas a instalar determinadas creencias e influir de alguna manera en las percepciones de sus destinatarios para que se formen una opinión o sensación favorable –o a lo sumo neutral- sobre la empresa/organismo y desfavorable sobre la “competencia”.

Todas las disciplinas mencionadas al principio persiguen estos objetivos. En ese sentido, desde el ámbito de la Comunicación Corporativa se plantea una coordinación entre las mismas para que no existan contradicciones. Todas estas especialidades resultan necesarias a la hora de acercarse a los empleados, clientes y a la sociedad en general, por lo que trabajar en conjunto puede traer muchos beneficios.

Las ventajas de gestionar la Comunicación Corporativa son:
- La coherencia en los mensajes
- Evitar la competencia y favorecer la cooperación y el intercambio entre las distintas áreas que tienen la misión de construir el vínculo con los distintos públicos
- La determinación de una estrategia orientadora que guíe todas las acciones
- Menor desgaste por el esfuerzo compartido para lograr los objetivos comunicacionales
- Una identidad más fuerte
- El sentido de pertenencia y motivación de los colaboradores (empleados)
- Ahorro de dinero, ya que se evita la implementación de programas distintos y hasta disonantes que, al fin y al cabo, deberían conducir hacia el mismo fin: la preferencia y la aprobación de aquellos públicos que nos interesan.

Trabajar en la comunicación integral de una empresa/organismo es pensar en todas las variantes de interacción que pueden darse con las personas. Si la empresa comunica como un todo, y no como si hubiera muchas voces que confunden a los públicos, puede encararse una gestión seria y ordenada, en una sociedad que reclama certidumbre.